Me gusta a mí leer novelas policíacas de otros países, sobre todo si parecen poco al nuestro (bueno, las japonesas me dan un poco de miedo). Disfrute con las de Alexandra Marinina, Batya Gur o Arnaldur Indrioason. Te permite asomarte a lugares diferentes de una forma entretenida. En este caso, el Inspector Singh, aunque es de Singapur, nos llevará a Malasia. Es la primera de una serie de novelas. Los jefes de Singh quieren que se vaya del cuerpo y, como no lo consiguen, lo mandan siempre por ahí con alguna excusa. En este caso, Chelsea Liew es una famosa modelo de Singapur que se casó con un importante industrial malayo. Después de un divorcio tormentoso, Alan Liew es asesinado y su esposa es acusada. Singh debe velar por que una ciudadana de Singapur reciba un trato justo en la investigación. Singh es un hombre gordo, sudoroso, la antítesis de la elegancia, pero, como podéis imaginar, es muy listo. La novela es ágil, entretenida y el personaje está bien conseguido.
