Jordi Viassolo, Solo para los amigos, consigue un trabajo de becario durante el verano en una agencia de detectives. Él todavía no ha terminado su formación, le queda la maldita grafología, pero se muere de emoción por empezar su carrera de detective. Claro que el trabajo que encuentra está muy lejos de sus sueños. Consiste en construir una falsa publicación electrónica de economía para usarla como tapadera y, sobre todo, permanecer en la oficina en agosto para recibir a posibles clientes y decirles que vuelvan en septiembre. De pronto, aparece un hombre desesperado porque su mujer ha desaparecido y la policía cree que lo ha abandonado voluntariamente. Jordi decide tener iniciativa y acepta el caso. Como el cliente lo ve como lo que es, un pipiolo, se pone a buscar a Recasens, un veterano y peculiar detective de la agencia, para que lo ayude. La trama de investigación se mezcla con una maravillosa descripción de un verano en Barcelona: mojitos baratos, calor asfixiante o las fiestas de Gracia. Solo y sus amigos tendrán su sede en el bar Pirineu, donde tendrán discusiones acerca de todos los pormenores del caso mezclados con sus problemas personales. . Todo muy bien contado, con humor y con buen ritmo. Me gustaría decir que esta joyita la he descubierto yo, pero la verdad es que la he leído siguiendo los consejos de Charo González, siempre hay que hacer caso a los expertos. No os la perdáis.
NO CERRAMOS EN AGOSTO (MONA JACINTA)
Jordi Viassolo, Solo para los amigos, consigue un trabajo de becario durante el verano en una agencia de detectives. Él todavía no ha terminado su formación, le queda la maldita grafología, pero se muere de emoción por empezar su carrera de detective. Claro que el trabajo que encuentra está muy lejos de sus sueños. Consiste en construir una falsa publicación electrónica de economía para usarla como tapadera y, sobre todo, permanecer en la oficina en agosto para recibir a posibles clientes y decirles que vuelvan en septiembre. De pronto, aparece un hombre desesperado porque su mujer ha desaparecido y la policía cree que lo ha abandonado voluntariamente. Jordi decide tener iniciativa y acepta el caso. Como el cliente lo ve como lo que es, un pipiolo, se pone a buscar a Recasens, un veterano y peculiar detective de la agencia, para que lo ayude. La trama de investigación se mezcla con una maravillosa descripción de un verano en Barcelona: mojitos baratos, calor asfixiante o las fiestas de Gracia. Solo y sus amigos tendrán su sede en el bar Pirineu, donde tendrán discusiones acerca de todos los pormenores del caso mezclados con sus problemas personales. . Todo muy bien contado, con humor y con buen ritmo. Me gustaría decir que esta joyita la he descubierto yo, pero la verdad es que la he leído siguiendo los consejos de Charo González, siempre hay que hacer caso a los expertos. No os la perdáis.