Conocí a Marto Pariente en la última edición de Rioja noir. Me cayeron muy bien él y su mujer y, después de oírle en la mesa, decidí que me apetecía leer su novela. Ha estado una temporada en la pila de pendientes, que amenaza con llegar al techo en breve, pero por fin le ha llegado su turno. Me ha gustado mucho. Es una novela negra, negra, seca y dura, pero con toques de ternura y de humor.
Coveiro es un hombre con un pasado oscuro que en la actualidad trabaja de sepulturero y vive con su sobrino, un muchacho autista. El hombre pensaba que sus días violencia habían quedado atrás, pero el azar hace que su sobrino sea testigo de algo que mucha gente no quiere que se sepa y Coveiro tendré que volver a sus antiguas prácticas para dar con él. Los personajes secundarios también son fenomenales: Ruby de Miguel, con sus oraciones y su cerdito mascota; Bobby y Bobby, esa pareja de sicarios tan encantadores o Dudas Franco, tan exigente con el café. No os perdáis este paseo por la parte negra de la vida. Él quizás no lo sabe, pero yo ya considero a Marto un amigo, de manera que le corresponde: