La combinación verano/novela de Toni Hill es inmejorable. También os diré que por poco añade exceso de peso a mi equipaje, porque pequeña no es (557 páginas). Y, pese a todo, ¡qué poco dura! Es de esas novelas que no puedes soltar, necesitas saber qué pasa. Es de las de "venga, un capítulo más" y luego son dos o tres o veintitrés. Si no habéis leído El último verdugo, es mejor empezar por esa porque, aunque son historias independientes, hay personajes que aparecen en la anterior y te sitúas mejor si los conoces. Lena Mayoral, una criminóloga que colabora ocasionalmente con los mossos, acepta un trabajo para ver si consigue más información sobre la desaparición de un niño, Daniel, desaparecido siete años atrás, el mismo día que su madre fue asesinada. El misterio sucede en gran parte en el Vall de Boí, una zona maravillosa del Pirineo de Lleida que puede ser muy luminosa y de una oscuridad profunda.La novela está dividida en tiempos: amanecer, mediodía, tarde, crepúsculo, noche y la hora del lobo; y en espacios: el valle, la ciudad y el templo. Seguimos la historia desde distintos puntos de vista: Lena, el Verdugo, varios adolescentes del valle, un sargento llamado Ramsés... Todo con esa elegancia que tiene Toni Hill. En resumen, lectura imprescindible para este verano. Y le pongo corazón de monas porque yo ya lo considero un amigo.
