Me encanta Leonardo Padura. Siempre. Creo que no hay ninguna de sus novelas que no me haya gustado. Por suerte, aún me queda alguna por leer. Esta la he disfrutado en audiolibro, con un lector maravilloso, Jorge Tito Gómez Cabrera. Cuando dice cosas como "tremenda cagazón", veo al propio Mario Conde. En esta ocasión, La Habana está revolucionada por la visita de Obama y el concierto de los Rolling Stones. En un momento en que la mirada del mundo está centrada en la isla, aparece un cadáver con el pene y dos dedos cortados. La policía pide ayuda a Mario Conde porque están desbordados con la seguridad del presidente americano. Por otro lado, Conde está escribiendo acerca de Alberto Yarini, un personaje real que murió asesinado en circunstancias no del todo claras. Las dos historias van discurriendo en paralelo hasta encontrarse.
Las lecciones de historia de la mano de Padura son siempre una delicia y me encanta reencontrarme con la panda de amigos de Conde: el Conejo, Carlos, Tamara, el Palomo...
Unos días en La Habana siempre sientan bien.