Me divirtió Un asesinato brillante y he probado con El crimen de la habitación 13. El autor repite exactamente el mismo esquema: una novela dentro de otra novela. Con estructura muy clásica, muchos sospechosos y todos con cosas que ocultar. La clave está en la novela escrita. La protagonista es también la misma, Susan Ryeland, que un poco harta de su vida en Creta acepta un extraño encargo. Un matrimonio que tiene un hotel en Inglaterra la contrata para encontrar a su hija desaparecida porque creen que la clave está en una novela de Alan Conway, novelista al que editaba Susan. La editora viaja al hotel para intentar descubrir qué tiene que ver la novela con la desaparición.
Pese a repetir esquema, me parece que le ha vuelto a salir bien. Yo, al menos, la he disfrutado.