BRUMA NEGRA 2023 (MONA JACINTA)

Pues ya se ha acabado Bruma negra. Estoy muy triste, pero creo que si dura dos días más enfermo de cansancio y he de renovar mi vestuario por uno de la talla 52. Como me suele pasar, me perdí las mesas del jueves porque soy una mona viajera y glamurosa y estaba en Mallorca. Me dio mucha rabia porque había dos mesas Txapel noir. La primera, moderada por Juan Infante incluía a:

 

 

• Hermelo Molero, con su novela Heroína. La novela trata sobre la droga y, teniendo en cuenta que el autor es ertzaina, seguro que sabe de lo que habla.


• Cristina Gumuzio, farmacéutica de profesión, presentó un thriller con un protagonista informático titulado Cuarto poder.


• Txusmi Sáez, articulista y escritor, trata un tema tan terrible como la pederastia en Pandora.


• Ángela Martín del Burgo, filóloga, novelista, poeta y autora teatral, presentó a un inspector-poeta en Asesinato en la Gran Vía.

La segunda mesa fue moderada por mi cuñada y, sin embargo, amiga Almudena Fernández Ostolaza, autora de Primera Instancia, un thriller judicial y los autores fueron:

• Patricia Jiménez, que ganó el premio Ateneo Joven de Sevilla con su novela No mires al pasado.


• Beñat Miranda, trabaja en el mundo de los videojuegos y en su primera novela, Todos los veranos terminan, nos presenta un asesino en serie entre leyendas irlandesas.


• Cristina Arroyo, en La higuera del infierno presenta una trama en la que los suicidios ocultan asesinatos.


• Iñaki Martínez, nacido en Guatemala y criado en Bilbao con una novela de espías: Lo que dejan las sombras.

El viernes empecé la tarde moderando una mesa estupenda. A mí, o me dan autores guays o no voy. De estos os puedo contar algo más.



 

• Salvador Robles nació en Águilas (Murcia), aunque lleva viviendo en Bilbao desde hace más de medio siglo. Es periodista y pedagogo. Ha publicado 38 libros
  (novela, ensayo, narrativa). Ha ganado decenas de premios literarios, entre otros, el Wilkie Collins y en esta ocasión presentó Paga o muere. Aunque no le gustan las etiquetas, podríamos denominarlo un thriller ambientado en los años duros de ETA. El secuestro de un empresario que se ha negado a pagar el impuesto revolucionario le da la posibilidad de mostrar dilemas morales con una historia que engancha.


• Jose Francisco Alonso es compañero de editorial, Cosecha negra, donde ha publicado sus dos novelas Pisto a la bilbaína y Milhojas de jamón, donde Loizaga, un personaje que es todo un hallazgo, compagina su trabajo como profesor de Filosofía en un instituto con la resolución de crímenes y la gastronomía. Muy divertidas y apasionantes.


• Maite Ochotorena tiene una larga trayectoria como autora. Es incapaz de encasillarse, sus novelas son muy distintas entre sí. En El desierto de hielo viaja nada menos que a la Antártida, donde se suceden unos crímenes misteriosos en la base noruega. Se nota la formación de guionista de la autora, porque yo estaba viendo la peli. Muy emocionante.


• Unai Goikoetxea es sociólogo de formación y no me sorprende que le diera por el género negro considerando que fue alumno del maestro shaolin (que recordaréis por sus crímenes en Bilbao), aunque él dice que no se le notaba. Tiene dos novelas que conviene leer en orden porque, aunque son historias independientes, hay una trama que continúa. Se llaman Solsticio de invierno y Una oscuridad sin sombras (qué buenos títulos, por cierto). No solo te atrapan, sino que estás esperando la siguiente.

La siguiente mesa la moderaba el boss, Juan Mari Barasorda y se llamaba Mujeres víctimas antes que detectives. Los autores eran:

• Álvaro Arbina con su true crime Los años del silencio que narra una historia terrible ocurrida en 1936.


• Carmen Moreno, a la que ya había visto en Pamplona con su libro Los caballeros las prefieren muertas, donde vemos de cerca a Marilyn Monroe/Norma Jeane y la mala vida que le dieron los hombres.


• Jon Arretxe. Ya supondréis que aproveché la ocasión para que me firmara su último libro, Tiempos para la lyrica, en el que Touré vuelve a Bilbao para ayudar a Sa Kene. Tengo que decir que mi política de acoso a Jon ha dado muy buenos resultados porque el pobre hasta compró mi novela.

Después a cenar, que es a lo que vamos los escritores a estos saraos. Mucho y bueno, como siempre. Pasé muy buen rato cotilleando con Noemí Pastor, Camille Cruz y Almudena Fernández: que si ese lo tienes que comprar sin falta, que si me han dicho que va a haber Vitoria noir, que si qué guapo es Álvaro Arbina. En fin, lo normal.

Después de dormir un poquito, de nuevo para Plentzia porque yo estaba en la primera mesa y no era cuestión de que llegara tarde. Javier Sagastiberri presentó esa tercera mesa de Txapel noir en la que estuve rodeada de hombres guapos, como a mí me gusta.



 



 

• Juan Infante, con El gángster de Olabeaga, el malo más atractivo después de Ripley. Creo que le van a nombrar hijo predilecto de Olabeaga.


• Óscar Beltrán Otalora con su Tierra de furtivos. Después de oírle hablar no tuve más remedio que comprarme la novela. Tiene una pinta buenísima. También os digo que, al final, Bruma negra se te pone en un pico.


• Vuestra querida Mona Jacinta habló de Una investigación laica e intentó no desmerecer junto a unos compas tan estupendos.

Después vino la mesa que moderaba mi crítica literaria favorita: Marta Marne. Lo que sabe esta mujer. Con unas invitadas estupendas:

• Leticia Sánchez Ruiz con Los detectives perdidos. Una novela corta en la que cabe todo. Me hizo mucha ilusión ver a una de mis escritoras favoritas y, sin duda, la mujer que más me hace reír en las redes.


• Natalia Gómez Navajas con La fiscal. Me encanta mi compañera de editorial y disfruté mucho con su última novela, pese a que nos torturó poniendo a todos los personajes apellidos que empezaban con B, lo que no es conveniente para lectores dispersos como yo.


• Mari Carmen Sinti, una de mis madrinas barcelonesas, presentó En el fondo de mis ojos, una novela negra como una noche sin luna en la que se mete en unos jardines complicados y sale airosa.

Disfruto mucho de las mesas en las que he leído todas las novelas y sé de lo que hablan.

Después a comer. Voy a proponer que en el próximo Bruma negra den acelgas. Es imposible comer todo eso y luego escuchar como Dios manda la primera mesa. Menos mal que era la de Paz Velasco que es el antídoto del sueño.  Su charla El relato de los asesinos nos interesó muchísimo.  Dan ganas de hacerse criminóloga o psicópata, aún no he decidido por qué me decanto.



 



Luego llegó el turno del hombre más negro de Bilbao (después de Touré): Jokin Ibáñez. Su mesa se llamaba Novela negra y denuncia social y los autores eran:



 

• Eugenio Fuentes. Escritor multipremiado del que he oído hablar mucho y bien (como escritor y como persona) que contempla el lado negro desde su vertiente más personal. Su última novela es Perros mirando al cielo Tengo que comprarme alguna novela de Ricardo Cupido ya mismo.


• Victor Claudín, también compañero de Cosecha negra, en Tentenublo habla de la parte oscura de los años de la movida madrileña.


• Rafael Massa, escritor uruguayo. Su última novela es La invención de la muerte, novela negra política.

 

La siguiente mesa la moderó Ricardo Bosque, un tipo que vende armas de calibre 38. Moderó a tres mujeres con protagonistas femeninas muy potentes:



 

• Susana Rodríguez Lezaun, con su Marcela Pieldelobo presentó En la sangre, la segunda novela con esta protagonista que piensa que las reglas están para romperlas. Para mí que Susana es un poco así...


• Teresa Cardona, con Un bien relativo. El año pasado, cuando leí Los dos lados dije que había encontrado la novela del verano. La nueva novela me confirma que va a figurar entre mis autoras favoritas.


• Noelia Lorenzo Pino presentó Blanco inmaculado. Cuando estoy escribiendo esta crónica me entero de que la han nominado para el Premio Euskadi de Literatura. No me he podido alegrar más, muy merecido. Esta novela comienza una nueva saga de Noelia que estoy segura de que dará mucho que hablar.

Después llego la entrevista a la premiada Bruma negra de este año, mi escritora favorita: Rosa Ribas. Cuando la entrevistada es ella y las preguntas las hace Noemí Pastor, no puede ser más que una maravilla. Si consideráis que, además, casi podría hacer una tesis sobre su obra, entenderéis lo rebién que lo pasé. Mi única preocupación es que le preguntara a Jon Arretxe cómo hacer para pedir una orden de alejamiento contra mí.



 

Para terminar se dieron los premios a los relatos ganadores del concurso. Formo parte del jurado de relatos en castellano, así que no me sorprendió: Vertedero, de Paco Moreno Trinidad y en euskera Zertan lagun zaitzaket? de Juan Manuel Gallego Moya.

Claro, después había que cenar un poco, no fuéramos a perder peso, que Juan Mari nos cuida mucho. Un placer tener un ratillo para charlar con tantos amigos: Urbano, Ana, Charo, Mari Carmen, José Luis y tantos otros.

Al día siguiente, para quitarnos el bajón, fuimos a firmar a la Feria del Libro, porque, como dice Fernando de la librería Etxean, los escritores del Txapel noir somos endogámicos.