Yo tengo un plan secreto para infiltrarme en la Asociación Navarra de Escritores. El primer año que fui a Pamplona Negra, fui solo una tarde. El año pasado, un par de días y este año, tres días completos. Mi aspiración es ir la semana entera sin que me denuncien por abandono del hogar familiar. Así, los miembros de la asociación creerán que me he empadronado en Navarra y no se sorprenderán de que me haga miembro.
Mientras termino de pergeñar mis maquiavélicos planes, os contaré lo que he visto en estos días. El jueves por la tarde primera mesa: Marta Robles, Susana Martín Gijón y Noelia Lorenzo Pino (moderados por Javier Izu) nos hablan de la novela como forma de denuncia. Pensaréis que es pasión de amiga, pero la que más me gustó fue Noelia, aunque fue una mesa muy interesante en general. La prostitución, la ecología o las sectas y su abordaje desde la literatura.
La siguiente mesa: Rosa Ribas (mi ídola), Lorenzo Silva y Bernard Minier (en la distancia, la huelga de transportes no le permitió llegar) moderados por Ana Oliveira nos hablaron de muchas cosas: sus trayectorias, sus inicios, sus novelas. No he leído nada de Bernard Minier, pero os prometo que lo voy a remediar muy pronto. No me pude quedar a oír a Vicente Garrido, y me dio rabia, me han dicho que estuvo fenomenal hablando de los psicópatas en la literatura, pero, entre mis muchos vínculos con Navarra, están un montón de amigos y elegí la vida social con esa frivolidad que me caracteriza.
El viernes comenzamos con una mesa de espías: Jerónimo Andreu y Charles Cumming moderados por Javier Lorente. Yo, que me quedé en John le Carré, estuve muy interesada y me volví con más deberes y más autores por leer. Menos mal que me he jubilado. Continuamos con Iñaki Sanjuan, un auténtico policía infiltrado, interrogado por Susana Rodríguez, la jefa. Está claro que nunca podré infiltrarme (excepto, quizás en la Asociación Navarra de Escritores), pero me pareció fascinante todo lo que contaba. Después Fernando Rueda nos reveló lo más secreto de nuestro servicio secreto. Lo que os podéis suponer, pero corregido y aumentado. El tema es interesante y, además, él es muy buen comunicador.
De allí nos fuimos corriendo a La Antigua Farmacia. Corrimos para coger sitio porque, además de la actividad cultural, daban caña y croqueta y ya sabéis que los escritores matamos por una croqueta. Carmen Moreno nos habló de su libro Los caballeros las prefieren muertas. Según Susana Rodríguez, el mejor true crime desde A sangre fría. Además del interés que suscita la figura de Marilyn, Carmen es una mujer muy divertida, que podría hacer monólogos además de escribir libros.
Eso sí, el año que viene, o lo hacen antes o nos dan dos croquetas, porque acabamos famélicos.
Y llegó el último día: comida noruega en Los Tres Reyes. Qué buenísimo todo y qué gente más estupenda conocí además de los amigos de siempre. Por suerte era imposible dormirse después de la comida porque el trío componente de Carmen Mola (Jorge Diaz, Antonio Mercero y Agustín Martínez) resultan muy amenos. Te gusten o no sus novelas, es un placer escucharlos. Para terminar la jefa charló largo y tendido con Dolores Redondo sobre ese asesino en serie en el Bilbao de los 80.
Cenamos en la peña Anaitasuna, fenomenal, como siempre. Lo que sucedió más tarde es como eso de "lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas" y eso que yo, que soy una mona sensata (y un poco viejuna) me retiré pronto, pero tengo pruebas gráficas de lo que pasó después de que se lanzaran al Jagermeister. Esa es mi baza secreta, si no me admiten en la asociación por las buenas, siempre puedo recurrir al chantaje.