Ya sabéis que cuando un tonto coge una vereda, o sobra tonto o falta vereda. Pues eso me pasa a mí con Josephine Tey, cada vez que sacan un libro en español, corro a por él. Nunca me defrauda. En esta ocasión nos encontramos con Robert Blair, un tranquilo abogado de pueblo. Tan tranquilo que se aburre hasta de sí mismo. Todo cambia el día que recibe la llamada de una vecina del pueblo que vive con su madre y que acaba de ser acusada de secuestrar a una muchacha. Lo mistarioso del caso es que la joven describe a la perfección el interior de la vivienda en la que nunca había estado. Robert Blair, cada vez más interesado por la acusada, se mete a detective en un caso complicado.Me encantan los personajes femeninos de Josephine Tey. Son originales, divertidas y poco convencionales. Si no la conocéis, ya estáis tardando.
