Es lo primero que leo de Esther García Llovet y me ha dejado impactada. Negro concentrado como un café italiano. La acción se sitúa en Benidorm y la protagonista es Michella, una policía corrupta que tiene empeño en recuperar un mechero que perteneció a los Kray twins en el Londres de los años sesenta. Benidorm nunca me ha parecido un lugar atractivo, aunque no lo conozco. Lo imagino repleto de hoteles, de turistas de la tercera edad y locales donde se baila cualquier canción del verano que lleve un bailecillo asociado. Pero este es otro Benidorm, mucho más feo, con mafiosos rusos, adolescentes perdidos, billares cutres y polis corruptos. Es una novela triste, pero muy bella. La autora es capaz de dibujar con dos trazos escenas muy potentes que pueden producir tristeza, angustia o compasión. Creo que buscaré más novelas de Esther García Llovet, pero voy a esperar un momento en que esté yo muy animada, que si no me deprimo.
