Lamadme simple, pero a mí me encantan las novelas que transcurren en mi ciudad. Y las películas. Como una boba recorro encantada los lugares que conozco siguiendo a los protas. Encima esta empieza en mi barrio: Riberas de Loyola. Si, además, la novela es tan trepidante como Galerna, mucho mejor. Imaginad la situación: es una noche de agosto, ha hecho un calor terrible durante el día (esto es de mi cosecha, pero yo me lo imagino así) y se levanta una galerna terrible, como no se ha visto en muchos años en la ciudad. Toda la acción transcurre en esa noche. Un cadáver aparece en el Peine del Viento. Probablemente se trate de un ahogamiento accidental, pero para hacer las cosas bien, llaman al forense de guardia. Al ser agosto, solo está Aitor Intxaurraga, que se siente un poco sobrepasado por el encargo. Lo que debería ser un puro trámite se complica y Aitor, junto al ertzaina Otamendi y la bióloga marina Eva pasarán una noche de pesadilla intentando averiguar qué está pasando en esa noche tormentosa. Ves las calles, ves el viento, las olas, la lluvia. Yo es que veo la película, porque Galerna parece estar escrita para ser llevada a la pantalla. Y, si no, están tontos los productores. Apasionante.
