BRUMA NEGRA 2022 (MONA JACINTA)




Ya se ha acabado otra edición de Bruma negra. Estoy por cantar el "pobre de mí", se queda una un poco melancólica cuando se termina. Me perdí el primer día porque, aunque sé que pensáis que llevo una vida de glamur y lujo, a veces hago más cosas que refitolear por el mundo. Una pena, porque seguro que hubiera disfrutado con la mesa que moderaba Juan Infante con Javier Maura, Taicha Peñín y Alberto Figueroa. Oscar Beltrán no pudo acudir porque el COVID sigue haciendo de las suyas. También afectó a Urbano y Ana, dos de los imprescindibles en estos eventos.

El viernes, muy emocionada y acompañada por mi cuñada Almudena, emprendí el camino a Plentzia. Realmente debíamos estar muy emocionadas, porque cogimos el metro en dirección a la margen izquierda y nos dimos cuenta en Santurtzi. Acabamos llegando a Plentzia en taxi, como Carmen Lomana y la Preysler visitan Bruma negra (bueno, Isabel no, que no le deja su marido).



Disfruté mucho de mi mesa. Tal como pensaba, los autores me gustaron tanto como sus novelas.  Natalia Gómez Navajas, que después de andar por Nueva Orleans y Albania ha situado su última novela, Aras de venganza,  en Logroño y alrededores —qué menos podíamos esperar  de la comisaria de Rioja Noir—;  Jokin Azketa con La vida en la punta de los dedos nos hizo disfrutar de la Patagonia con una trama de niñas desaparecidas apasionante; Peru Cámara se había propuesto el difícil reto de resolver un caso en una sola noche y lo consiguió de forma admirable en Galerna; Juan Carlos Berrio suele comenzar una novela cuando hay algo con repercusión social importante que le llama la atención, en el caso de Bastan cinco minutos, el Museo Oteiza y la situación del pueblo saharaui fueron los detonantes para construir la trama, y me dejó muy contenta que José Francisco Alonso tenga más novelas escritas con el personaje de Loizaga de Pisto a la bilbaina. Debatieron sobre tramas, personajes y sobre si la novela negra tiene ideología.  Muy buen rato.



Después Alberto Gredilla nos habló de mitos y realidades en las investigaciones. Con conocimiento de causa, porque es el jefe de la policía judicial. Hay muchas muchas cosas que no sabemos. Creo que le bombardearé a preguntas en Facebook para mi próxima novela.

Luego de cena, que ya sabéis que lo de la novela negra es una excusa para comer y beber bien en estos festivales y tuve la suerte de tener un rato para charlar con Marta Marne, Rosa Ribas y Toni Hill. Mi alma de fan se regocijó mucho.



El sábado me perdí la mesa de cómic con Antonio Altarriba moderado por Kike Infame. Estoy muy avergonzada y ya he escrito cien veces “no volveré a faltar a la mesa de cómic”. He de decir en mi descargo que llegamos a casa a las dos de la mañana y que tenemos una hora de camino hasta Plentzia, pero, con todo, sé que estuvo feo.

Por suerte llegamos a tiempo de la mesa de txapel noir donde Noemí Pastor moderaba a Javier Sagastiberri, Jon Arretxe y Noelia Lorenzo Pino. Tres de mis escritores/personas favoritos. Incluso le perdoné a Jon que dijera que la novela negra en Euskadi es de derechas. Yo sé que nos insulta desde el cariño.



 

Después llegó el momento más emotivo de Bruma negra con el homenaje a Javier Abasolo. Jokin Ibáñez nos hizo reír y llorar con el repaso a la obra de Javier mezclado con anécdotas y nos remató la emoción oír a Begoña, su viuda, y escuchar al otxote que cantó entre otras cosas el Agur Jauna.

Luego a comer como heliogábalos, que es la marca de la casa. No quiero ni pensar qué me va a decir mi nutricionista en la próxima visita. Para compensar haberme perdido su mesa, tuvimos una conversación muy interesante Isabel Rodríguez  y yo (que compartimos profesiones sanitarias) con Antonio Altarriba sobre salud, medicina y cómic.



No penséis que todo son risas en el mundo festivalero. Sin siesta ni nada comenzó la mesa que moderaba Juan Mari  Barasorda con Miguel Izu, Álvaro Arbina y Alfonso del Río (Mikel Santiago no pudo venir) sobre thriller, novela negra y ensaldas mixtas. Nos aclaró muchos conceptos.



Si quedaba alguien con modorra, la presencia de Paz Velasco levanta a un muerto. Qué energía tiene esta mujer. Todos tenemos un lado oscuro y nos encanta que nos hablen de psicópatas, asesinos en serie y otras truculencias. Hay mucho mito alrededor de estos personajes, pero me decepcionó saber que no existen tipos como Hanibal Lecter.



En la siguiente mesa Ricardo Bosque hablaba sobre crímenes en entornos de barrio con Rosa Ribas ,Toni Hill y Teresa Cardona (me apetece mucho leer su novela Los dos lados) Mi cuñada Almudena me sujetaba a la silla para que no me lanzara a abrazar a mis ídolos. Como siempre fue un gusto escucharlos.



Todavía faltaba la entrevista a Alexis Ravelo por Jokin Ibáñez. Era la primera vez que veía a Alexis Ravelo personalmente en persona, que diría Catarella. Me pareció un hombre fantástico. Es posible que amplie mi círculo de acosados.

Para terminar se dieron los premios a los ganadores del concurso de relatos: en euskera  Ex aqueo 48 ordu  Gotzone Butron Kamiruaga y  “Xantaia katea”  Juan Manuel Gallego Moya  y en castellano "Persona non grata", de Osvaldo Reyes.

Todavía nos quedó hueco para cenar y disfrutar un rato más de gente tan estupenda. Ya falta menos para Bruma negra 2023.