Me estoy documentando sobre la historia de las novelas con mujeres detectives escritas por autoras de cualquier época. Esto se debe a que mi secreta aspiración es parecerme a Juan Mª Barasorda, Marta Marne o Charo González. Ya sé que estoy a años luz, pero si me esfuerzo y llego a centenaria igual lo consigo (siempre que ellos dejen de aprender, claro). El caso es que estoy pasando muy buenos ratos y leyendo novelas deliciosas, como esta de la colección "El escarabajo de oro", no me digáis que no tiene un nombre precioso. Las protagonistas son dos mujeres: Natacha Du Vivien, exbailarina de ballet, y Miriam Birdseye, exactriz de revista (protagonista de obras tan afamadas como "caderas y risas"). Su primer trabajo no parece muy importante: encontrar quién está detrás de unas bromas pesadas que le gastan a la directora de un internado de chicas. La cosa se complica cuando ocurre un crimen. Me he divertido mucho con estas dos personajas que se camuflan de profesoras con regulares resultados. Natacha huye todo lo que puede de enseñar nada a las niñas y a la pobre Miriam la nombran tutora. También anda por ahí un escritor de novelas policíacas, un médico seductor y algunas cotillas.
Creo que solo se encuentra de segunda mano, pero merece la pena.