Hace poco escribí la reseña de La familia Aubrey y luego me enteré de que la autora fue amante de H.G. Wells y tuvo un hijo con él. Resulta que Pseudomona había leído este libro y le había encantado, pero de alguna manera no lo procesé. Ni siquiera sabía que estaba en casa. Gracias a un comentario de Mónica Serendipia até cabos y me dispuse a recuperar el tiempo perdido. La novela es magnifica, como todas las de este hombre. Es una biografía novelada del escritor, pero muy documentada. Menudo personaje. No puede decirse que no aprovechara el tiempo y que no tuviera intereses. Siempre me da mucha envidia en la vida de esta gente famosa que conoce a todos los autores de la época y organiza cenas y fines de semana con Edith Nesbit, Bernard Shaw o Henry James. Lo que me parece más que cuestionable es la relación de H.G. Wells con las mujeres. Se hizo una ideología a la medida de sus deseos, pero que nunca se aplicaba de forma reciproca a sus amantes o esposas. Merece la pena por conocer al personaje y por lo bien que está escrita.
Totalmente de acuerdo contigo. Welles tuvo una vida fascinante a costa de sacrificar a muchas mujeres. Me encanta la rusa que no se deja doblegar nunca.
Me encanta porque hemos hecho el viaje inverso con este par de dos: tú primero leíste a Rebecca West y después "Un hombre con atributos", y yo leí primero esta novela que hoy nos traes sobre la vida de Wells y descubrí, gracias a tu reseña de "La familia Aubrey", que tu Rebecca era mi Cicely Fairfield. Me pillas ahora mismo, terminando de escribir la reseña de "La familia Aubrey" 😉
La novela de Lodge es genial, nos ofrece una aproximación biográfica a la figura de H. G. Wells única. Pero, no sé a ti, pero a mí Wells me ha parecido un poquito insorportable: quiere vivir su utopía sexual, pero luego se lamenta continuamente de que los demás le critiquen por eso mismo. A ver, H. G. menos lloriqueo o menos folleteo, escoge.
Besos.