Hacía mucho tiempo que no leía una novela de Bernard Schlink y se me había olvidado lo mucho que me gusta.
Hace años leí las novelas policíacas de Selb, un detective con pasado nazi, que me encantaron y también El lector, quizás recordéis la excelente película que hizo Stephen Daldry (el director de Billy Elliot, yo tampoco recordaba quién era). El caso es que, con tanta novedad editorial que nos rodea, tenía olvidado a este hombre tan bueno. He disfrutado mucho con Olga, pese a que es una novela en la que aparentemente pasa poca cosa. Olga es una mujer sencilla que trabaja de maestra y a la que le toca vivir las dos guerras mundiales. Tiene un gran amor en su vida, Herbert, con el que mantiene la relación en la distancia porque él viaja casi todo el tiempo. La novela está estructurada en tres partes. La primera un narrador en tercera persona nos cuenta la historia; la segunda es el testimonio de un hombre que la conoció cuando ella trabajaba cosiendo en su casa, y la tercera son las cartas de Olga a Herbert.
Qué bonito escribe este hombre, qué elegante. Te mete en una historia que tiene mucho de dramática sin hacer ningún gesto sensiblero,de un modo pausado, clásico, no sé cómo definirlo. No sé si el autor escribe así porque es juez y profesor de historia o porque es alemán. Algo tienen los alemanes que les da elegancia escribiendo. Leyéndola me acordaba de Reeencuentro de Fred Uhlman. En cualquier caso, he disfrutado de la primera a la última línea. Muy recomendable.
Hace años leí las novelas policíacas de Selb, un detective con pasado nazi, que me encantaron y también El lector, quizás recordéis la excelente película que hizo Stephen Daldry (el director de Billy Elliot, yo tampoco recordaba quién era). El caso es que, con tanta novedad editorial que nos rodea, tenía olvidado a este hombre tan bueno. He disfrutado mucho con Olga, pese a que es una novela en la que aparentemente pasa poca cosa. Olga es una mujer sencilla que trabaja de maestra y a la que le toca vivir las dos guerras mundiales. Tiene un gran amor en su vida, Herbert, con el que mantiene la relación en la distancia porque él viaja casi todo el tiempo. La novela está estructurada en tres partes. La primera un narrador en tercera persona nos cuenta la historia; la segunda es el testimonio de un hombre que la conoció cuando ella trabajaba cosiendo en su casa, y la tercera son las cartas de Olga a Herbert.
Qué bonito escribe este hombre, qué elegante. Te mete en una historia que tiene mucho de dramática sin hacer ningún gesto sensiblero,de un modo pausado, clásico, no sé cómo definirlo. No sé si el autor escribe así porque es juez y profesor de historia o porque es alemán. Algo tienen los alemanes que les da elegancia escribiendo. Leyéndola me acordaba de Reeencuentro de Fred Uhlman. En cualquier caso, he disfrutado de la primera a la última línea. Muy recomendable.