Intérpretes: Itsaso Arana, Vito Sanz, Joe Manjón, Isabelle Stoffel, Luis Heras, Mikele Urroz, María Herrador, Naiara Carmona
Tengo a Pseudomona rabioso. Dice que este verano se han puesto de moda las películas en las que no pasa nada. Si se quejó de Tarntino, no os puedo explicar qué le pareció La Virgen de agosto. Pero la reseña es mía y yo, por el contrario, debo tener un verano muy zen, porque me gustan estas pelis en las que no pasa nada. Os resumo: la protagonista es una chica de treinta y pocos que decide quedarse en agosto en Madrid, en el piso que le presta un amigo. No sabemos nada al principio, por qué, si no tiene casa, si está contenta...
Poco a poco vamos viendo aspectos de su vida, pero la historia no es aquí muy importante. Es una película muy para chicas, está muy centrada en las vivencias de las mujeres de esa edad, la crisis de los treinta, amores, desamores, profesiones, maternidad...
Me parece que a Jonás Trueba se le da bien observar qué les pasa a los demás y contarlo, ponerse en la piel ajena, como en el caso de Quién lo impide, que era capaz de dar voz a adolescentes y mostrar sus inquietudes. Y es una película que expresa muy bien cómo es una ciudad grande en agosto, cuando sus habitantes son como náufragos que se juntan y se separan en noches de verbena. Yo disfruté, no es un peliculón, pero es una historia sencilla y bonita.
