Suelo dejar esos libros para vacaciones porque no me gusta que me duren demasiado, pierden fuerza si te eternizas con ellos entre las manos. Pero me apetecía y lo rescaté de su rincón en la estantería más alta. Por eso pensaríais que había dejado de leer, me ha llevado unos días. He disfrutado mucho. Siempre me gusta Almudena Grandes y estos temas de la Guerra Civil que tanto le apasionan, a mí también me interesan. La historia tiene dos tiempos: el presente que arranca en el funeral de Julio Carrión cuando uno de sus hijos ve a una desconocida que les observa. Es Raquel Perea y la historia de su familia esta estrechamente ligada a la de Julio Carrión. Eso se cuenta en el otro tiempo: La Guerra Civil, el exilio, la II Guerra Mundial. La novela parece muy bien documentada, resultan muy creíbles todas las penalidades que pasa la familia de Raquel y los extremos de generosidad y rapacería que se dan en las situaciones límite. Una observación tengo que hacerle a la autora (que nunca lo sabrá). La imagen de una mujer que camina con tanta seguridad que parece que va a romper los adoquines está muy bien, ¡pero no puede aplicarse a tres personajes en la misma novela! Bueno, quitando esta tontuna, Almudena Grandes sigue siendo un valor seguro. Y además me cae bien.
