Tenía guardado este libro hace tiempo. Me gusta mucho Marsé, pero a veces es algo denso para leerlo si estás perezoso. No es el caso de esta novela, es más ligera que otras y también menos profunda. Aunque aparecen todos esos temas que tanto le gustan al autor: Barcelona en la posguerra, el cine, la memoria ( a eso se refiere el título), los perdedores...
El argumento es la historia de un escritor al que encargan un guion de cine sobre un proyeccionista de cine que asesinó a una prostituta en los años 40. El hombre ha salido de la cárcel y el escritor decide hacer varias entrevistas. Se aprecia que la relación de Marsé con la adaptación cinematográfica de sus obras no ha sido muy feliz (no recuerdo ninguna que me haya gustado) porque los del mundo del cine quedan fatal. Es precioso el personaje de la criada que le propone acertijos con frases de película que el autor debe adivinar. Marsé no puede escribir mal ni aunque lo intente, pero esta novela me ha gustado menos que las demás, es como si estuviera un poco cansado. Con todo, una novela suya escrita con una mano atada a la espalda, vale más que la mayoría de los bestsellers que vemos en los escaparates.
El argumento es la historia de un escritor al que encargan un guion de cine sobre un proyeccionista de cine que asesinó a una prostituta en los años 40. El hombre ha salido de la cárcel y el escritor decide hacer varias entrevistas. Se aprecia que la relación de Marsé con la adaptación cinematográfica de sus obras no ha sido muy feliz (no recuerdo ninguna que me haya gustado) porque los del mundo del cine quedan fatal. Es precioso el personaje de la criada que le propone acertijos con frases de película que el autor debe adivinar. Marsé no puede escribir mal ni aunque lo intente, pero esta novela me ha gustado menos que las demás, es como si estuviera un poco cansado. Con todo, una novela suya escrita con una mano atada a la espalda, vale más que la mayoría de los bestsellers que vemos en los escaparates.
Todos nos hacemos mayores: él al escribir, nosotras al leer…
Pues coincido contigo en mi admiración por Marsé: que me gusta mucho pero hay que estar en plena forma para leerlo porque si te puede la pereza… Aunque mira, me empieza a cansar un poquito que sea tan recurrente en sus temas de posguerra. Me hago mayor y gruñona, debe ser…