Un buen postre no arregla una mala comida, aunque deja un buen sabor, como un buen final tampoco soluciona una mala novela, pero ayuda a digerir las páginas difíciles.
No recuerdo quién me recomendó "Cinco", de la austriaca Ursula Poznanski, pero la empecé con entusiasmo. "Cinco" es la primera incursión de la vienesa en la novela policíaca, aunque en muchas de sus más de 380 páginas es más negra que policial.
Durante las tres cuartas partes de la novela, Beatrice y Florin, investigadores de la policía de Saltzburgo van de pista en pista, que les proporciona el asesino, persiguiendo cuerpos desmembrados y lindezas por el estilo. Hay que ser pacientes y perseverantes, para que en el último cuarto la autora revele un final brillante que da explicación a todas las incógnitas que ha ido planteando en las páginas precedentes.
Tanto el personaje de la jefa policial como el del asesino, ambos con sus fantasmas del pasado, están bien construidos, y quizá flota en el ambiente cierta tensión sexual no resuelta que puede que cristalice en "Pájaros Ciegos", su segunda novela.
No recuerdo quién me recomendó "Cinco", de la austriaca Ursula Poznanski, pero la empecé con entusiasmo. "Cinco" es la primera incursión de la vienesa en la novela policíaca, aunque en muchas de sus más de 380 páginas es más negra que policial.
Durante las tres cuartas partes de la novela, Beatrice y Florin, investigadores de la policía de Saltzburgo van de pista en pista, que les proporciona el asesino, persiguiendo cuerpos desmembrados y lindezas por el estilo. Hay que ser pacientes y perseverantes, para que en el último cuarto la autora revele un final brillante que da explicación a todas las incógnitas que ha ido planteando en las páginas precedentes.
Tanto el personaje de la jefa policial como el del asesino, ambos con sus fantasmas del pasado, están bien construidos, y quizá flota en el ambiente cierta tensión sexual no resuelta que puede que cristalice en "Pájaros Ciegos", su segunda novela.