Documental
Apenas un año después de En el sótano, Ulrich Seidl presenta Safari. En las películas del director austriaco las personas miran a cámara. Decía Chris Marker que ¿quién se inventó eso de que en el cine las personas no tienen que mirar a cámara? El efecto es impresionante. No importa que las personas que retrata Seidl sean cazadores que empleados de servicio. El pulso de la mirada a cámara, el objeto de la mirada a cámara es estremecedor. Sin embargo, al contrario que en sus anteriores películas, no ha conseguido la profundidad de antaño y se nota. Se nota como Seidl ha tenido que tirar de manual de dirección e ir introduciendo temas secundarios metidos un poco con calzador. Safari parece no juzgar a las personas que retrata pero llegado un punto, un punto insoportable, es el propio Siedl quien las juzga acentuando los detalles más morbosos de la caza de animales. Reconozco que soy muy fan de Ulrich Siedl, de sus temas, de cada plano que compone, de su particular narración. Recomiendo esta película a cualquiera que le guste el cine, más el cine construido a partir de la realidad, pero tengo que reconocer que esta vez, Safari no me ha arrastrado como otras películas de Seidl. Aun así, es una muy buena película.
