Director: Theodore Melfi
Intérpretes: Taraji P. Henson, Octavia Spencer, Janelle Monáe, Kevin Costner, Jim Parsons, Mahershala Ali, Kirsten Dunst, Glen Powell, Rhoda Griffis, Ariana Neal, Maria Howell, Alkoya Brunson, Jaiden Kaine, Wilbur Fitzgerald, Saniyya Sidney, Bob Jennings, Lidya Jewett, Ron Clinton Smith
Este es el típico caso de una buena historia desaprovechada, es más, varias buenas historias desaprovechadas. Basada en hechos reales cuenta la historia de tres mujeres negras que trabajaron en la NASA y tuvieron que luchar contra todas las barreras que suponían su sexo y el color de su piel. Eran los años sesenta y aún seguía vigente la segregación: fuentes separadas, baños separados y toda clase de prohibiciones y humillaciones. Aunque las cosas ya se estaban moviendo, Martin Luther King era una presencia importante y la comunidad negra estaba harta de la situación. A esta historia, ya interesante, se une la lucha permanente entre la URSS y EEUU por ser los primeros en la carrera espacial. Gagarin se adelantó y los americanos estaban furiosos y necesitados de un triunfo. Y, para acabar, el desarrollo de la tecnología espacial, esos cohetes que parecen el de Tintín, esos astronautas que tenían que estar chiflados para meterse ahí, esos cálculos en la pizarra y los primeros ordenadores. Bueno, con todos esos elementos y con lo fotogénica que resulta la época (¡qué vestidos tan monos se llevaban en los 60!) hacen un pastelón que empalaga, donde el bien siempre triunfa y todos son felices para siempre. Una lástima.
Intérpretes: Taraji P. Henson, Octavia Spencer, Janelle Monáe, Kevin Costner, Jim Parsons, Mahershala Ali, Kirsten Dunst, Glen Powell, Rhoda Griffis, Ariana Neal, Maria Howell, Alkoya Brunson, Jaiden Kaine, Wilbur Fitzgerald, Saniyya Sidney, Bob Jennings, Lidya Jewett, Ron Clinton Smith
Este es el típico caso de una buena historia desaprovechada, es más, varias buenas historias desaprovechadas. Basada en hechos reales cuenta la historia de tres mujeres negras que trabajaron en la NASA y tuvieron que luchar contra todas las barreras que suponían su sexo y el color de su piel. Eran los años sesenta y aún seguía vigente la segregación: fuentes separadas, baños separados y toda clase de prohibiciones y humillaciones. Aunque las cosas ya se estaban moviendo, Martin Luther King era una presencia importante y la comunidad negra estaba harta de la situación. A esta historia, ya interesante, se une la lucha permanente entre la URSS y EEUU por ser los primeros en la carrera espacial. Gagarin se adelantó y los americanos estaban furiosos y necesitados de un triunfo. Y, para acabar, el desarrollo de la tecnología espacial, esos cohetes que parecen el de Tintín, esos astronautas que tenían que estar chiflados para meterse ahí, esos cálculos en la pizarra y los primeros ordenadores. Bueno, con todos esos elementos y con lo fotogénica que resulta la época (¡qué vestidos tan monos se llevaban en los 60!) hacen un pastelón que empalaga, donde el bien siempre triunfa y todos son felices para siempre. Una lástima.