Le tenía el ojo echado a este libro hace tiempo. Una novela negra en la que se habla de comida, ¿qué puede haber mejor? Me encantan los libros y películas donde la comida tiene un papel protagonista: Como agua para chocolate, El festín de Babette, Comer, beber, amar (no confundir con el bodrio Come, reza, ama), Chocolat...
Y no me ha decepcionado. Es una novela ligera con una protagonista que trabaja en el consultorio sentimental de un periódico local en un pueblo de Sudáfrica. Le parece más fácil ayudar con recetas que con consejos y siempre sabe qué plato necesita cada uno. Pero todo se complica cuando le escribe una mujer que es víctima de malos tratos por parte de su marido, como lo fue la protagonista en el pasado, y al poco tiempo aparece asesinada.
La protagonista me recuerda a Mma Ramotswe, la genial detective de Botsuana de Alexander McCall Smith y me encanta el ambiente y los personajes secundarios. Solo tengo dos pegas que ponerle: el uso y abuso de términos afrikaners, que le darán color local, pero son un rollo, sobre todo si lees en libro electrónico con el glosario al final. Yo intuía el significado por el contexto y he perdido una oportunidad para ampliar mi cultura y vocabulario sudafricano. El otro es que yo me imaginaba a una mujer negra y gorda (quizás influenciada por Mma Ramostwe). Es blanca, vale acepto que no tenía por qué imaginarla negra, pero gorda sí. Una mujer que se pasa el libro cocinando y comiendo, que vive en un picoteo constante de tartas, galletas, cordero con salsa o empanadas y luego resulta que usa una talla 40-42 ¡como yo! Imposible, no lo acepto bajo ningún concepto. O la talla sudafricana es distinta, o esa mujer ha de usar una 50. Vamos, hombre, mi talla...
Y no me ha decepcionado. Es una novela ligera con una protagonista que trabaja en el consultorio sentimental de un periódico local en un pueblo de Sudáfrica. Le parece más fácil ayudar con recetas que con consejos y siempre sabe qué plato necesita cada uno. Pero todo se complica cuando le escribe una mujer que es víctima de malos tratos por parte de su marido, como lo fue la protagonista en el pasado, y al poco tiempo aparece asesinada.
La protagonista me recuerda a Mma Ramotswe, la genial detective de Botsuana de Alexander McCall Smith y me encanta el ambiente y los personajes secundarios. Solo tengo dos pegas que ponerle: el uso y abuso de términos afrikaners, que le darán color local, pero son un rollo, sobre todo si lees en libro electrónico con el glosario al final. Yo intuía el significado por el contexto y he perdido una oportunidad para ampliar mi cultura y vocabulario sudafricano. El otro es que yo me imaginaba a una mujer negra y gorda (quizás influenciada por Mma Ramostwe). Es blanca, vale acepto que no tenía por qué imaginarla negra, pero gorda sí. Una mujer que se pasa el libro cocinando y comiendo, que vive en un picoteo constante de tartas, galletas, cordero con salsa o empanadas y luego resulta que usa una talla 40-42 ¡como yo! Imposible, no lo acepto bajo ningún concepto. O la talla sudafricana es distinta, o esa mujer ha de usar una 50. Vamos, hombre, mi talla...
Dan ganas de comer todo lo que hace!
Nunca hay que fiarse de un cocinero que no sea gordo.
A mi me gustó mucho y ya hay una segunda parte, ahora solo falta que la traduzcan que yo no me llevo bien con el inglés. Lo de la talla 42 se me escapó pero ella si hace referencia a sus curvas-kilos.