Leí este libro porque lo recomendaba Ricardo Bosque, de Calibre 38 y, para mí, lo que dice Ricardo Bosque va a misa.
La leí pensando que el autor o era mongol o había vivido muchos años allí, porque parecía de la estepa de toda la vida. Pero no, es francés. Hay gente que se documenta bien, o por lo menos consigue hacerte creíble la descripción de un país y unas gentes muy alejadas de nuestra cultura. Yo veía la estepa, las yurtas, las cloacas de Ulan Bator... El protagonista es un policía, con una historia personal muy desgraciada, que debe investigar la aparición del cadáver de una niña y el asesinato de unos chinos torturados y unas prostitutas. Es una novela a ratos dura, que no te ahorra escenas llenas de crueldad, pero la he disfrutado mucho. Tiene su puntito kung fu, con personajes que casi parecen tener poderes, pero no os asustéis, muy contenido y bien encajado.
La leí pensando que el autor o era mongol o había vivido muchos años allí, porque parecía de la estepa de toda la vida. Pero no, es francés. Hay gente que se documenta bien, o por lo menos consigue hacerte creíble la descripción de un país y unas gentes muy alejadas de nuestra cultura. Yo veía la estepa, las yurtas, las cloacas de Ulan Bator... El protagonista es un policía, con una historia personal muy desgraciada, que debe investigar la aparición del cadáver de una niña y el asesinato de unos chinos torturados y unas prostitutas. Es una novela a ratos dura, que no te ahorra escenas llenas de crueldad, pero la he disfrutado mucho. Tiene su puntito kung fu, con personajes que casi parecen tener poderes, pero no os asustéis, muy contenido y bien encajado.