Este libro de Virginia Gil es difícil de clasificar. No sé si decir que es una novela corta, un relato largo, un cuento especial...
Tampoco puedo deciros a qué público va dirigido: niños a los que guste leer o adultos que mantengan rasgos del niño que fueron. Es una historia que puede suceder en cualquier lugar y en cualquier época, nos habla de la magia, de los libros que pueden hacer realidad los deseos de quienes los leen. La protagonista es una niña que no habla y observa todo lo que pasa en su calle: un hombre que no puede dejar de andar, una mujer chillona, un zapatero que vende zapatos de todos los colores, una librera que tiene libros especiales, un padre ausente y una madre estresada. Se lee en un suspiro y hace pensar sobre las cosas que son importantes en la vida. Está escrito con mucho cariño, y eso se nota. Para que no os deprima el otoño, daos una vuelta por esta Calle Mayor.
Tampoco puedo deciros a qué público va dirigido: niños a los que guste leer o adultos que mantengan rasgos del niño que fueron. Es una historia que puede suceder en cualquier lugar y en cualquier época, nos habla de la magia, de los libros que pueden hacer realidad los deseos de quienes los leen. La protagonista es una niña que no habla y observa todo lo que pasa en su calle: un hombre que no puede dejar de andar, una mujer chillona, un zapatero que vende zapatos de todos los colores, una librera que tiene libros especiales, un padre ausente y una madre estresada. Se lee en un suspiro y hace pensar sobre las cosas que son importantes en la vida. Está escrito con mucho cariño, y eso se nota. Para que no os deprima el otoño, daos una vuelta por esta Calle Mayor.
Una feelgood no puede deprimirse!!!!
Este es para mí. Sobre todo ahora, que tengo depre post-vacacional 🙁
De nada Virginia, a ti por escribirlo.
Mil gracias por tus palabras, Laura. Un abrazo fuerte. Vir