Ya está. Se acabó, he terminado la saga de Elena Ferrante sobre dos amigas. Así, sin anestesia ni nada, ahora sigue tu vida como si concerlas y perderlas fuera algo normal. ¿Os acordáis de la película Boyhood? Era esa donde los mismos actores rodaban a lo largo de 12 años y resultaba muy impactante verlos crecer o envejecer en la pantalla. Podrá parecer que hacer eso en una novela es mucho más normal y más fácil, pero a mí no me lo parece. No es sencillo dar continuidad a un personaje en diferentes edades y hacerlo real en todas ellas, conseguir que lo veas y que la evolución física y psicológica sea natural. Tampoco hacer lo mismo con un barrio, una ciudad y un país. En una vida caben muchas cosas y no es fácil enseñarlas todas, aunque cuentes con el espacio de cuatro novelas. Tengo mucha curiosidad sobre quién es Elena Ferrante, si las novelas son autobiográficas, si volverá a publicar pero, sobre todo, le estoy muy agradecida por el magnífico regalo que nos ha hecho.
LA NIÑA PERDIDA
2 Responses
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Menos mal que a veces coincidimos!
Totalmente de acuerdo, es una obra maestra de más de dos mil páginas, ahí es nada. Aun estoy impresionado. Una maravilla