Director: Kent Jones
80 minutos.
¡Qué difícil! Qué difícil proponer una película basada en un libro sagrado para los cinéfilos e intentar salir airoso del intento. Es todo un reto para cualquiera que le guste el cine. Hitchcock fue un autor excepcional. Desde que los críticos de Cahiers du Cinema reconocieran el valor de su figura de autor, la obra de Alfred Hitchcock no ha dejado de ser admirada generación tras generación de cinéfilos y no tan cinéfilos. Pero los jóvenes franceses hicieron algo más que alabar las figuras de los autores que Hollywood, hasta entonces, no apreciaba lo suficiente. A través de sus escritos, le dieron la vuelta a la crítica cinematográfica e incluso a la Historia del cine. Inauguraron la historiografía del cine. Todos aprendimos cómo debíamos ver películas, en qué nos teníamos que fijar y qué valorar. El cine ya nunca volvió a ser el mismo. Somos incapaces de ver y escuchar las películas de diferente forma a como nos enseñaron aquellos jóvenes franceses a través de sus escritos, entre quienes se encontraba François Truffaut.
Pero la cosa no acabó ahí. Estos jóvenes tomaron las cámaras y los micrófonos, los sacaron a las calles y se pusieron a producir películas. Y, ¡qué películas!
Pues bien, ahora se descuelga Kent Jones y hace una película de uno de aquellos textos sagrados para todo cinéfilo que se precie. Por supuesto que el cine es el monotema. Todo parece como para amantes del cine. Lo curioso, lo extraño, es que hay muy poco cine en la película de Jones. Sí, sí, se habla solo de cine, pero, ¿y el cine? Resulta harto contradictorio la pasión verbalizada con la pobreza de la propuesta cinematográfica. A este documental le quitas el cine y pones animales en la sabana africana y a nadie le despertaría de su siesta cuando lo echasen en La 2. La única vocación que se le advierte a las intenciones de Jones es la divulgativa, ni pista de la cinematográfica. Algo lastra a la película que en ningún momento parece querer ser una película.
En los institutos, cuando los profesores mandan lecturas y algún estudiante aventurado se atreve a leerlas, sus compañeros, extrañados, preguntan, ¿qué pasa, que no han sacado la película? Pues bien, ya han sacado la película del libro mítico de entrevistas de Truffaut a Hitchcock. El reto era my difícil y el resultado es muy contradictorio. Por mucho que el cine trate sobre buen cine, no es suficiente, eso sólo no lo convierte en buen cine.
Nos quedamos con lo bueno: cada vez más los distribuidores y los exhibidores pierden el miedo a proyectar documentales en las salas comerciales; y con la vocación popular de la narración de Jones. No hay mucho más.