Director: Pierre Morel
Intérpretes: Sean Penn, Idris Elba, Javier Bardem, Ray Winstone, Mark Rylance, Jasmine Trinca, Peter Franzén
Andaba yo un poco perdida en la jornada de reflexión/eurovisión y decidí que solo tenía cuerpo para una película de buenos y malos, de las que no exigen ni media neurona. Allí me fui, tan contenta, a ver a Sean Penn pegando tiros y huyendo de unos malos peores que él (que ya es decir. ¡Oh,desilusión! Ni predispuesta con mi mejor espíritu infantil pude disfrutar ni un poquito. ¡Qué engendro diabólico es esta peli! Una vez más se le has ido todo el presupuesto en persecuciones y efectos especiales y no ha quedado ni un duro para pagar a un guionista, ni siquiera uno baratito. Eso sí, a Sean Penn le han tenido en el gimnasio y tomando batidos de proteínas una buena temporada, parece Schwarzenegger. Y pone una cara de dolor de cabeza y estreñimiento muy convincente. El final de la película es apoteósico, en una plaza de toros en Barcelona que parece los sanfermines. Un guionista, aunque fuera novato, sabría que en Barcelona no hay corridas.
Si, chica, cualquier día meten a la Cospedal en la procesión del Corpus en Terminator 23
En otro blog comenté ayer mismo que en algunas películas se lo gastan todo en efectos especiales y claro, no les da para guionistas.
Y es que las grandes mentes piensan igual.
pd. A mí ya, después de la Semana Santa Fallera de Misión Imposible II, ya no me sorprende nada, hija.