Las monas hemos investigado sobre su vida y sabemos que fue obispo de Zaragoza cuando se llamaba Cesaraugusta. No eran buenos tiempos para ser obispo de ningún lado. Diocleciano no era partidario, ya ves tú, manías. El caso es que el bueno de Valero se salvó del martirio por tartaja. El pobre hombre tenía ese problemilla y por eso se encargó de hacer un discurso apasionado en defensa de su fe san Vicente, su diácono. Con lo que al que martirizaron fue a este y a Valero lo desterraron. Espero que san Vicente sea patrón de algún sitio, porque me parece que le hicieron un feo ¿qué culpa tenía él de tener un piquito de oro?