Louis Henderson. Francia, 2013, 40 minutos.
Floja película, de nuevo epistolar, parece que lo epistolar se ha puesto de moda. Una voz en off demasiado pretenciosa y no muy bien combinada con la imágen impecablemente expuesta. Pero esto no es suficiente para desarrollar una historia, por la sencilla razón de que no hay historia. Las películas tratan de lo concreto, y este documental vaga demasiado tiempo sobre las abstracciones. Y es curioso porque la misma obra apunta un par o tres de posibles buenas historias concretas que abandona y no desarrolla. Quizá el ansia de ofrecer una visión de conjunto ha cegado al autor cuando ha tenido en frente de sí la posibilidad de quedarse con una, solo con una de las historias que apunta pero que renuncia a contar. Una pena.
