No es una novela, es la historia de la familia del autor contada a través de una colección de netsukes, unas miniaturas japonesas que estuvieron de moda en Europa en la época del japonismo (todo nos conduce al japonismo ultimamente!), cuando todo lo oriental causaba admiración.
Pero la familia de Edmund de Waal no es una familia cualquiera, son una familia judia --los Ephrussi-- de origen ruso que vivieron en Paris, Viena, Inglaterra y Tokio. Un familia de banqueros que conoció épocas de esplendor y riqueza, amigos de Proust, mecenas de los impresionistas, pacientes de Freud y que sufrieron la pérdida de todo en la Segunda Guerra Mundial. Es interesante cómo se ha visto a los judios, incluso en épocas en las que no había conflicto, los recelos que parecen haber suscitado siempre. El autor describe muy bien distintos escenarios y momentos de la historia de Europa, a medio camino entre el documento y la emoción de una saga familiar.
A las monas nos ha gustado mucho.
