Título original Plot for Peace
Año 2013
Duración 96 min.
País Sudáfrica
Directores Carlos Agulló, Mandy Jacobson
Guión Stephen Smith
Música Antony Partos
Fotografía Rita Noriega, Diego Ollivier
Productora Indelible Media
La realidad sigue siendo más interesante que la ficción. Aunque sea para ver a oscuros tipos, involucrados en complicados tejemanejes, tratando de reivindicarse para entrar en la 'historia' por el ojo de una aguja.
Plot for peace cuenta, en forma de falso documental, los movimientos secretos del empresario francés Jean-Yves Ollivier que —según él— ayudaron a la salida de la cárcel de Nelson Mandela.
¿Quién es Jean-Yves Ollivier? La película nos dice que es un francés nacido en Argelia; del bando perdedor después de la liberación del país. Y un hombre de negocios. Y amigo de Chirac. Y amante de África. Y fumador de puros. Y jugador de solitarios. Y que se hacía llamar 'monsieur Jacques'. (¿Por qué alguien necesita usar un nombre falso?).
Ni mención a sus especulativos negocios de importación-exportación de cereales, carbón y petróleo. Ni mención a sus (¿posibles?) relaciones con los servicios de inteligencia de Francia. Ni mención a su facilidad para contactar y convocar a presidentes africanos y escurridizos líderes de la guerrilla.
¿Por qué un empresario que hace dinero con sus negocios se mete en semejante movida? En la peli todo empieza después de una entrevista con Chirac. ¿Fue un encargo del Presidente?
La película no desvela ninguna de las respuestas a las preguntas interesantes. Las claves nos las ofrece la historia.
A finales de los 80 la mitad sur de África era un polvorín descontrolado por la guerra fría. Sudáfrica, con su antediluviano apartheid, estaba en cuarentena. Ello no impedía, sin embargo, que USA e Israel le ayudaran, con armas, a mantener invadido Namibia (en contra de SWAPO) para tratar de controla la frontera con Angola (donde operaba UNITA). Angola, por su parte, acogía a un pequeño ejército cubano (de 50.000 soldados) sufragado y pertrechado por la URSS para luchar contra UNITA y Sudáfrica. En estas circunstancias era imposible para Francia poder hacer negocios postcoloniales. Necesitaba 'ordenar el terreno'. Y en estas difíciles circunstancias, monsieur Jacques consigue convencer a líderes políticos y jerifaltes de diferentes ejércitos para que hagan un intercambio de prisioneros que deshace el nudo gordiano del enfrentamiento y conduce, finalmente, a la paz en la región. Y de rebote, a la liberación de Mandela.
Lo dicho. La realidad sigue siendo más interesante que la ficción.
Por cierto, que la factura de la peli es impecable y su eficacia sobresaliente. Da gusto verla. Su director es un pedazo de director. Si mañana tuviera que encargar un falso documental, sin duda se la encargaría a Carlos Agulló. Mandy Jacobson, que aparece como codirectora, parece ser sin embargo la auténtica artífice (productora) del proyecto. Y de otro -mucho más importante- llamado: 'African Oral History'.
Año 2013
Duración 96 min.
País Sudáfrica
Directores Carlos Agulló, Mandy Jacobson
Guión Stephen Smith
Música Antony Partos
Fotografía Rita Noriega, Diego Ollivier
Productora Indelible Media
La realidad sigue siendo más interesante que la ficción. Aunque sea para ver a oscuros tipos, involucrados en complicados tejemanejes, tratando de reivindicarse para entrar en la 'historia' por el ojo de una aguja.
Plot for peace cuenta, en forma de falso documental, los movimientos secretos del empresario francés Jean-Yves Ollivier que —según él— ayudaron a la salida de la cárcel de Nelson Mandela.
¿Quién es Jean-Yves Ollivier? La película nos dice que es un francés nacido en Argelia; del bando perdedor después de la liberación del país. Y un hombre de negocios. Y amigo de Chirac. Y amante de África. Y fumador de puros. Y jugador de solitarios. Y que se hacía llamar 'monsieur Jacques'. (¿Por qué alguien necesita usar un nombre falso?).
Ni mención a sus especulativos negocios de importación-exportación de cereales, carbón y petróleo. Ni mención a sus (¿posibles?) relaciones con los servicios de inteligencia de Francia. Ni mención a su facilidad para contactar y convocar a presidentes africanos y escurridizos líderes de la guerrilla.
¿Por qué un empresario que hace dinero con sus negocios se mete en semejante movida? En la peli todo empieza después de una entrevista con Chirac. ¿Fue un encargo del Presidente?
La película no desvela ninguna de las respuestas a las preguntas interesantes. Las claves nos las ofrece la historia.
A finales de los 80 la mitad sur de África era un polvorín descontrolado por la guerra fría. Sudáfrica, con su antediluviano apartheid, estaba en cuarentena. Ello no impedía, sin embargo, que USA e Israel le ayudaran, con armas, a mantener invadido Namibia (en contra de SWAPO) para tratar de controla la frontera con Angola (donde operaba UNITA). Angola, por su parte, acogía a un pequeño ejército cubano (de 50.000 soldados) sufragado y pertrechado por la URSS para luchar contra UNITA y Sudáfrica. En estas circunstancias era imposible para Francia poder hacer negocios postcoloniales. Necesitaba 'ordenar el terreno'. Y en estas difíciles circunstancias, monsieur Jacques consigue convencer a líderes políticos y jerifaltes de diferentes ejércitos para que hagan un intercambio de prisioneros que deshace el nudo gordiano del enfrentamiento y conduce, finalmente, a la paz en la región. Y de rebote, a la liberación de Mandela.
Lo dicho. La realidad sigue siendo más interesante que la ficción.
Por cierto, que la factura de la peli es impecable y su eficacia sobresaliente. Da gusto verla. Su director es un pedazo de director. Si mañana tuviera que encargar un falso documental, sin duda se la encargaría a Carlos Agulló. Mandy Jacobson, que aparece como codirectora, parece ser sin embargo la auténtica artífice (productora) del proyecto. Y de otro -mucho más importante- llamado: 'African Oral History'.