En este viaje lúdico-cultural que me he hecho a Barcelona, fui a ver la exposición de Pisarro a CaixaForum. Aunque a mí, como a todo el mundo, me gustan los impresionistas, solo me sonaba el nombre de este pintor. Y resulta que fue uno de los fundadores del impresionismo.
Aparte de gustarme la obra, me interesó el personaje. Nació en 1830 y empezó a pintar muy joven. Le interesaron los movimientos anarquistas y fue muy consecuente con sus ideas. Se casó con la criada de casa de sus padres, con la que vivió toda la vida y los personajes protagonistas de sus obras son gente sencilla: campesinos, lavanderas, criadas...
Hay dos cosas que me gustan especialmente de sus cuadros: que siempre haya caminos (dan ganas de perderse en los paisajes) y que transmitan muy bien la sensación de frío, de calor, de las estaciones. Por lo visto una enfermedad de los ojos le impidió seguir pintando al aire libre a partir de los 60 años. Entonces empezó a pintar ciudades, las calles y puentes que veía desde el interior de los hoteles donde residía.
Disfrute mucho de la visita excepto por una cosa. Me parece excelente que los colegios organicen exposiciones con los niños, a los que, además, CaixaForum organiza una visita guiada muy didáctica. Pero, cuando coincides con tres clases durante tu visita, te entran ganas de recoger firmas a favor de los internados.Peste bubónica de cultura infantil.
