Director: Woody Allen
Intérpretes: Cate Blanchett, Alec Baldwin, Sally Hawkins, Bobby Cannavale
Ya sabéis que hay dos directores a los que soy completamente fiel, no importa cuántas veces se equivoquen: Almodovar y Woody Allen.
Me da mucha alegría esta costumbre de Woody Allen de rodar una película al año, aunque a veces me espanten como Vicky, Cristina, Barcelona. Pero el amor es lo que tiene, todo lo perdona.
Blue Jasmine no va a estar entre mis favoritas, pero me ha gustado.
En esas historias de amores y desamores, neuróticos, ricos y ambiciosos, a veces le salen finales felices como en Alice o Si la cosa funciona y a veces amargos, como Blue Jasmine. Cate Blanchett --que está impresionante-- es una mujer que pasa de tenerlo todo: riqueza, posición, un matrimonio feliz, a no no tener nada y tener que refugiarse en casa de su hermana Ginger que es pobre, hortera y tiene un novio macarrra. El personaje de Jasmine recuerda a la Blanche Dubois de Un tranvía llamado deseo (aunque el novio de Ginger no sea Marlon Brando). A mi me recordaba a estas mujeres de nuestros políticos corruptos o a nuestras infantas, que dicen no saber nada pero si algo no son es tontas. Como cualquier película de Woody Allen se disfruta viéndola y sirve para reflexionar sobre qué es importante en la vida.
Intérpretes: Cate Blanchett, Alec Baldwin, Sally Hawkins, Bobby Cannavale
Ya sabéis que hay dos directores a los que soy completamente fiel, no importa cuántas veces se equivoquen: Almodovar y Woody Allen.
Me da mucha alegría esta costumbre de Woody Allen de rodar una película al año, aunque a veces me espanten como Vicky, Cristina, Barcelona. Pero el amor es lo que tiene, todo lo perdona.
Blue Jasmine no va a estar entre mis favoritas, pero me ha gustado.
En esas historias de amores y desamores, neuróticos, ricos y ambiciosos, a veces le salen finales felices como en Alice o Si la cosa funciona y a veces amargos, como Blue Jasmine. Cate Blanchett --que está impresionante-- es una mujer que pasa de tenerlo todo: riqueza, posición, un matrimonio feliz, a no no tener nada y tener que refugiarse en casa de su hermana Ginger que es pobre, hortera y tiene un novio macarrra. El personaje de Jasmine recuerda a la Blanche Dubois de Un tranvía llamado deseo (aunque el novio de Ginger no sea Marlon Brando). A mi me recordaba a estas mujeres de nuestros políticos corruptos o a nuestras infantas, que dicen no saber nada pero si algo no son es tontas. Como cualquier película de Woody Allen se disfruta viéndola y sirve para reflexionar sobre qué es importante en la vida.