Ya sabéis que Louise Penny está en mi top ten. Suspiro por visitar Three Pines y comer en el bistrot. Es cierto que alguna de las últimas no me gustó mucho, pero yo a mi Louise le perdono cualquier cosa. Aquí comienza de un modo muy intrigante. Han citado a Gamache en una casa casi en ruinas para encargarle una extraña misión. El encargo se junta con una tormenta de nieve que nos pone los pelos de punta. El asunto de la droga de la anterior novela tiene consecuncias en esta y Gamache sufre una amarga decepción con una joven a la que apoyó en contra de todos. Por suerte, siguen existiendo veladas con los amigos, cruasanes y chocolate caliente y la poeta Rosa con su pata continua incordiando a todo el mundo. El final plantea cambios importantes en la vida de los protagonistas, pero no puedo decir más.
