
A mí me parecía oír al propio Eduardo Mendoza en muchos de los discursos, no solo del protagonista. Creo que ha utilizado esta novela para mostrar sus opiniones, su forma de ver el mundo mientras nos hace recorrer el final del siglo XX. Rufo se ha casado con una rica heredera y se dedica a una vida de holganza que compagina con sus tareas de espía ayudante del rey Tukuulo. Nuestro protagonista no para de viajar: París, Londres, Viena, Nueva York... Y vamos viendo los cambios de Barcelona a través de los años. A los que conocemos bien la ciudad, nos encanta recorrerla en las diferentes épocas y acompañar a Rufo a lo largo de la vida.
Mendoza tiene novelas mejores, pero en esta casa siempre tendrá:
