
Qué bien lo he pasado pasándolo mal con esta novela de Estela Chocarro. Una mujer hereda la casa de su abuela en Lanuza, un pueblo del Pirineo de Huesca. Por motivos personales, decide refugiarse allí sin decirle a nadie su paradero. Sabe que su abuela tenía una inquilina en el piso de arriba y decide echarla, pero la inquilina ha desaparecido misteriosamente. La protagonista, casi como un juego, decide suplantarla y empiezan a pasar cosas...
Me han entrado muchísimas ganas de conocer Lanuza y alojarme en el hotel del pueblo. He pasado miedo, he tenido mil dudas y Estela me ha llevado por donde ha querido. Una vez más, demuestra que las intrigas psicológicas se le dan de maravilla. Una idea para el Día del Libro.