
En año 718 el abad Bernardo custodia la reliquia mientras cuida enfermos durante la epidemia de peste. Va a recibir presiones de parte del obispo Oppas y de Pelayo para que la entregue. En el siglo XIII volvemos a encontrar al caballero negro y Jean de la Croix que son los encargados de velar por el objeto sagrado en las tierras del Languedoc. El Papa Inocencio III manda al abad Guy Paré a recuperarlo y acabar con la herejía cátara. De nuevo resulta muy atractiva la mezcla de historia y acción. Me han entrado muchas ganas de visitar los lugares que se mencionan y leer más sobre los cátaros. Me admira el trabajo de documentación que ha llevado a cabo Jesús Valero, no sé cómo le cunde tanto la vida. Ahora no podré esperar a leerme la tercera. Necesito saber cómo acaba esta historia.
