No sabía qué hacer, si leer el último Montalbano que me quedaba a toda prisa o guardármelo como los niños que se comen todo el pan para saborear luego el chocolate (creo que ya no hay niños de esos...). El caso es que no he podido resistir y me lo he zampado en dos bocados. Quizás no es la mejor de la serie, pero qué importa. A estas alturas a Camilleri no le quedaba nada por demostrar y yo disfruto tanto con mi Salvo cada verano...
Aquí hay dos historias que al final se van a mezclar: por un lado los secuestros de mujeres jóvenes durante unas horas (a las que liberan sin que hayan sufrido ningún daño ni robo) y, por otro, la desaparición de un hombre en Vigatá.
Nuestro Montalbano se ha hecho mayor, a Livia le han salido arrugas, pero por Catarella no pasa el tiempo y sigue siendo insuperable y Adelina sigue cocinando como los ángeles y repartiendo algún que otro sartenazo. No os perdáis la última oportunidad de veranear en Vigatá. Nuestras monas póstumas para el maestro
Aquí hay dos historias que al final se van a mezclar: por un lado los secuestros de mujeres jóvenes durante unas horas (a las que liberan sin que hayan sufrido ningún daño ni robo) y, por otro, la desaparición de un hombre en Vigatá.
Nuestro Montalbano se ha hecho mayor, a Livia le han salido arrugas, pero por Catarella no pasa el tiempo y sigue siendo insuperable y Adelina sigue cocinando como los ángeles y repartiendo algún que otro sartenazo. No os perdáis la última oportunidad de veranear en Vigatá. Nuestras monas póstumas para el maestro