QUIÉN LO IMPIDE (PSEUDOMONA)


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Puesta en situación de Jonás Trueba

Produce: LOS ILUSOS FILMS

Silvio Aguilar, Marta Casado, Pablo Gavira, Pablo Hoyos, Rony-Michelle Pinzaru, Candela Recio
y muchas/os más.

¡Excelente!

Sentí el placer del seriefilo al ver estas cuatro películas del proyecto Quién lo impide. Un reto de Jonás Trueba  para abrir --acompañado por un increible equipo-- el mundo del cine a obras no tan convencionales.

Después de casi tres horas de imágenes en una pantalla, me quedé con ganas de más. Espero que el proyecto crezca con nuevos capítulos porque merecen la pena.



 
Sólo somos, 90'.

Un grupo de adolescentes se reunen y hablan de cómo construir una película; que es la película que espectador ve.

Es una película sobre la "representación de la representación" (al estilo de "En lo más crudo del crudo invierno" Kenneth Branagh 1995 o "Cesar debe morir" Paolo Taviani y Vittorio Taviani 2012). Es eso, y mucho más que eso, porque en un nivel aparece la representación (la película que van a hacer: Solo somos) pero en el otro nivel aparecen los adolescentes tal y como eran en el momento en que se pusieron delante de la cámara. Y ello hace que toda la historia sea mucho más verosímil; más verdadera. Es como si hubiera visto la peli en V.O. adolescente. Con todo lo que de bueno tienen estas versiones: gané mucho en calidad cinematográfica y --aunque a veces no fuera inteligible para mí-- su lenguaje consiguió aproximarme más a la esencia de la película.


 
Principiantes, 60'. Con la participación de Itxaso Arana y Francesco Carril.

Para ser Principiantes son dos historias difíciles.

La primera es de un chico (Pablo Hoyos) que intenta grabar una presencia, al atardecer, en un descampado de Majadahonda. Una presencia de la que dice que le calma. Enseguida se percibe el conflicto entre materialismo (grabar) y espiritualidad (una presencia). La espiritualidad se representa con una voz en off, el materialismo con un observador en forma de amigo (Francesco Carril). Por supuesto la presencia no es otra cosa que un fantasma. No existe. El amigo se lo confirma. Pero a él le calma. O quizás lo que le calma es la conversación con su amigo que se interesa por él. Quizás toda la historia está contada al revés en su cabeza. O en la mía. El día después le sigo dando vueltas.

La segunda es la eterna historia: chico (Silvio Aguilar) conoce chica (Candela Recio). Chico se enamora de chica. Etc. Y por sorprendente que resulte, porque es una historia que hemos visto mil veces, funciona muy bien; te hace sentir el amor. Pude sentirlo. Pude revivir la sensación del roce de las manos, el sabor de los besos, el olor del pelo y el placer de ver, primero, y oir, después, la voz del otro, de mi amada, tal y como fue las primeras veces en mi vida. Y, por ello, les doy las gracias.




 
Tú también lo has vivido, 55'.

Todos lo hemos vivido. Aunque la mayoría ya no lo recordemos. Si acaso un leve rastro en la memoria. 

Unos cincuenta adolescentes vierten frente a la cámara sus deseos, sus temores, sus risas y sus dolores. Sus reivindicaciones y sus mejores deseos de hacer un mundo mejor. Y esto último es lo que más llama la atención; parecen mucho más sensatos y, al mismo tiempo, más valientes que sus adultos.



 
Si vamos 28 volvemos 28, 80'.

Un grupo de estudiantes va de viaje de fín de curso con dos profesores. (Y todos los profesores que han participado en un viaje de fin de estudios coincidirían en lo acertado del título...). Se ha programado la típica visita cultural a Granada, Córdoba y Sevilla. Pero los estudiantes tienen su propia agenda.

La película no termina cuando termina el viaje. Otro acierto. En la última parte aparecen las actrices y los actores comentando aspectos del rodaje. Con ello se informa al espectador cuál ha sido el método de trabajo (colectivo) y de dónde han salido las historias que le acaban de contar. Otra vez los niveles de representación (una historia dentro de una historia, dentro de una historia... Como en las Mil y una noches). Pero en este caso el juego llega hasta el broche final que me sorprendió desprevenido.

Tengo la impresión de que, en todo este experimento cinematográfico, el resultado es tan bueno porque, de alguna manera, estos adolescentes consiguen desdoblarse en actrices y actores, y en personas con una facilidad que deja pasmado al espectador. 

Insisto: ¡Excelentes!
5 monas