Director: Richard Tanne
Reparto: Tika Sumpter, Parker Sawyers, Vanessa Bell Calloway, Phillip Edward Van Lear, Taylar Fondren, Deanna Reed-Foster, Jerod Haynes, Gabrielle Lott-Rogers, Preston Tate Jr., Donn C. Harper, Tom McElroy, Stephanie Monday, Eric Morgan Stuart, Deborah Geffner, Donald Paul
He de reconocer que siento una fascinación especial por las producciones sobre biografías de políticos. Van más allá de la etiqueta de basado en hechos reales. No sólo en hechos sino en personajes que todos conocemos. La ficción puede saborearse mejor cuanto más conocido es el personaje. ¿Y qué político más conocido que Obama?
La verdad es que esperaba lo peor de esta película, pero la he disfrutado como una mona enana. Para empezar el actor —actorazo— que interpreta al personaje de Obama se parece más a Obama que el propio Obama. Impresionante. Para seguir, tiene un guión inteligentísimo en el que han podido esparcirse a gusto sobre los asuntos más espinosos de los personajes reales sin disociar ni un milímetro toda esa información que el espectador ansía del propósito de la película y, de paso, ofrecer datos nuevos: ¡Obama fuma! El retrato de los Obama, que pudiera confundirse con complaciente, es todo menos eso. Retratan a unos cursis ambiciosos, pedantes y con pretensiones. Y lo mejor, en menos de una hora y media. A la película no le falta ni le sobra nada. Peca un poco de telefilm, que supongo que era el propósito inicial que explica su duración y no me extraña que la hayan estrenado en salas.
Mis colegas de la escuela de cine seguro que se alarman si leen estas palabras de alabanzas sobre esta película, conservadora en donde las haya, y muy alejada de las piruetas formales con las que cineastas con veleidades de autor pretenden embelesar a críticos y entendidos. No, no, esta película le gustaría hasta a mi abuela si aún viviera. Sorprendentemente, le tengo que otorgar nada más y nada menos que
