La historia se desarrolla en Storbørg, una pequeña ciudad en la parte más septentrional de Noruega, y arranca con una situación sorprendente: Endre regresa a su casa del velatorio de Liv, su mujer, que parece haberse suicidado y se la encuentra en casa, pedaleando en su bici estática. No sabemos si estamos ante una historia de fantasmas, de locos o de realidades paralelas. Y la intriga aumenta en vez de disminuir. Una de las cosas que más me impresionan de Ignacio Ferrando es su capacidad para colocarse en cualquier escenario, cualquier época, cualquier personaje y escribir una historia creíble, que te atrapa, casi te abduce. Dirías que estás ante una novela de Lars no-sé-qué, algún renombrado escritor nórdico. La espesa noche que no se termina, esos personajes atrapados en una historia circular y ese desasosiego que quieres que se resuelva y temes que te decepcione. No, no soy una spoiler y no voy a contaros cómo acaba pero, pese a lo difícil que se lo ha puesto a si mismo, la ha terminado muy bien.
Somo monas veraces, ya lo comprobarás.
¡Joeeee, vaya crítica! La compro ahora mismo y ya te cuento.
Si te gusta, lee también "La piel de los extraños", es un libro de relatos precioso.
Te haré caso… tienes criterio (bueno, criterio bueno, quiero decir, que hay gente que lo tiene pésimo). Además creo que coincidimos bastante. Además literariamente necesito que me abduzcan que llevo un tiempo largo algo frío. Hasta no he podido con la última de Almudena, que mira que es buena, pero es ya oír Guerra Civil y me da un ataque de sopor artístico. Me hace gracia lo de Lars-no-sé-qué… no he leído a ningún ni ninguna Lars de esos, y quizá sería hora también… Petons.