Director: Christian Vincent
Intérpretes: Catherine Frot, Jean d’Ormesson, Hippolyte Giradot, Arthur Dupont, Jean-Marc Roulot, Arly Jover, Brice Fournier.
Ayer por la tarde Niu de Mones al completo fue al cine. Afortunadamente ya pasaron los tiempos en que solo podías elegir entre La túnica sagrada y Los diez mandamientos y teníamos duda entre varias. Por fin, como Mona-Da estaba soñolienta y temía dormirse en Grandes Esperanzas, optamos por La cocinera del presidente. Está basada en la historia real de Danièle Mazet-Delpeuch que fue cocinera de Miterrand en los años 80. A nosotras nos gustan mucho las películas en las que la comida es protagonista, como El festín de Babette, Chocolat o Tímidos anónimos, de manera que íbamos muy bien predispuestas. La película está bien contada y todo lo relacionado con la comida es delicioso. Te parece oler las trufas, notar si el pan de maíz ha quedado crujiente y te gustaría probar cada uno de los platos que aparecen, pero no hay historia. Todo el rato estás esperando que surja algún conflicto, algo que de sentido a la película. Pero no lo hay. Terminas con la sensación de que has pasado un buen rato pero totalmente vacío de contenido. Cosas peores se pueden ver en el cine, por lo menos es agradable, pero es una lástima que no le hayan sacado más partido. Comer por comer es gula, y más en Semana Santa.